Autor: Jenny Torres
Apasionada por la reinterpretación de la relación entre la historia y la contemporaneidad.
NOMBRE OBRA: Hotel Bardo
ARQUITECTOS: Taller de Arquitectura Viva
FOTOGRAFÍA: Leandro Bulzzano
UBICACIÓN: Tulum, México
AÑO: 2020
M2: 2060 M2
Arena blanca, paisajes arqueológicos, mar turquesa, buen clima, distintas oportunidades laborales y culturales; se presenta como una combinación perfecta ¿verdad?
Tulum, ubicado en la península de Yucatán, es uno de los principales atractivos turísticos de la costa del Mar Caribe, un destino paradisiaco en medio de ruinas mayas, vegetación tropical, entretenimiento, restaurantes y hoteles que surgen como respuesta de una creciente demanda de experiencias, en este contexto el Hotel Bardo, diseñado por el Taller de Arquitectura Viva, se caracteriza por el interés de la relación armónica entre lo vernáculo y lo contemporáneo.
El boom turístico e inmobiliario que ha experimentado Tulum en los últimos diez años, mediante la creciente redensificación y transformación de la arquitectura de la capital Ciudad de México, es una estela proveniente del potencial que inversionistas extranjeros y locales han encontrado en este paraíso de selva virgen, cenotes y paisajes inolvidables para ofertar renta vacacional con una mirada ecológica y sustentable.
Contando con puntos de interés cercanos y de fácil desplazamiento como Chichen Itzá, Cancún y Playas del Carmen; ha logrado atraer con ayuda de la visibilización en las redes sociales, cada vez a más nómadas digitales, empresarios y home offices con ganas de invertir, quienes se mudan a este oasis desde donde pueden trabajar y disfrutar de atractivos turísticos, rentando hostales, Airbnb y resorts a menor costo; apuestas que han resultado benéficas para la estimación económica de Tulum.
Sin embargo, preocupaciones latentes como la falta de regulación turística por parte de las autoridades, el paulatino desplazamiento de los habitantes por la plusvalía de los suelos, la privatización de sus playas, el daño a la flora y fauna ocasionado por las construcciones poco sensibles con el contexto; dan como resultado una desaprobación por parte de quienes allí residen. Es por ello por lo que propuestas como la realizada para el Hotel Bardo son tan importantes.
Un proyecto sensible con el contexto que explora e implementa un diseño vanguardista apostando al equilibrio entre el lujo con estilo boho chic, una visión ecológica respetando el entorno y oportunidades de empleo a los residentes del sector.
Al ingresar al hotel, este se percibe como un gran patio, en donde la vegetación está presente en mayor medida a comparación de los espacios construidos, aspecto que fue una decisión desde el diseño y se vislumbra al respetar la ubicación de árboles en medio de espacios sociales, llegando a todos los rincones y espacios en múltiples formas y tamaños.
Las zonas comunes totalmente abiertas y volcadas hacia la piscina te dan la bienvenida al hotel; en donde puedes obtener una visión completa del espacio desde cualquier punto ya que, la recepción, el bar, el restaurante, la zona de descanso y el espacio para yoga convergen a este punto céntrico donde el límite entre el adentro y el afuera se desdibuja; siendo este una extensión a cielo abierto de sus espacios circundantes, brindando una flexibilidad idónea para realizar actividades en conjunto, conocer personas nuevas o las actividades que brinda el hotel.
Esta flexibilidad llevada de igual forma a la implementación del estilo “boho chic” [1] en el diseño, les permite a los arquitectos realizar una fusión de culturas y épocas perfecto para Tulum; al igual que otorga la libertad para mezclar estilos, combinándolos de forma más sutil y ordenada. Esto podemos encontrarlo en los cerramientos para las habitaciones en madera y en la escogencia de materiales como la piedra, madera y arena; que evocan el contexto en el que se implanta.
En cuanto al diseño interior se emplean colores neutros principalmente en superficies donde pueda potenciar la luz natural como paredes y suelos, siendo el telón perfecto para destacar complementos, por ello se emplea el mobiliario necesario para garantizar una habitabilidad cómoda en donde su materialidad respeta y valora las tradiciones locales con el uso de fibras naturales, tejido y textura propias, haciendo lucir lo autóctono de una forma más sofisticada y elegante brindando vida al espacio.
Siguiendo esta misma línea de lo autóctono, reflejando la riqueza cultural del contexto, relacionada con la visión sostenible y los procesos de construcción locales, tenemos la arquitectura vernácula; se trata de inspirarse en el conocimiento del pasado con el objetivo de diseñar de forma más ecológica y consciente.
Lo que supone poder utilizar materiales que son propios del lugar y trabajarlos de una forma artesanal, en el caso de Bardo, lo notamos en la estructura de madera, las paredes de piedra para las zonas comunes donde las cubiertas inclinadas de paja y los caminos de arena se entrelazan con la vegetación que juega un papel importante al integrar los espacios comunes al interior del hotel, las habitaciones y su contexto inmediato.
No obstante, al tratarse de las habitaciones para los huéspedes y la privacidad que se les brinda a estos últimos, notamos un cambio; tanto en la configuración del espacio como en la escogencia de materiales. Las habitaciones están más alejadas de la zona común y se comunican con esta por medio de una circulación central, ubicando estancias a cada lado; dichos espacios se perciben más aislados en donde la visual está restringida por el cerramiento natural priorizando la relación con el cielo.
En cuanto a la escogencia de materiales, se integran aquellos que posean la capacidad de ser duraderos y de poco mantenimiento, como el concreto, a fin de otorgar al espacio un estilo más contemporáneo, con comodidades apropiadas para el descanso, en consecuencia, se dota de un jacuzzi, una hamaca o un sofá al exterior cada habitación; cuentan igualmente con un pequeño espacio de sala, una cama doble, almacenamiento, un baño privado y ducha a cielo abierto.
Brindar una experiencia grata a los visitantes y oportunidades de desarrollo a las comunidades autóctonas no debería poner en riesgo el balance con la flora y fauna del lugar donde se desarrollen, por ello se hace imperativo integrar este ítem desde un primer momento a las propuestas arquitectónicas que se plantean a futuro para Tulum; puesto que la vegetación no solo actúa como elemento integrador y paisajístico, sino que también brinda infinidad de posibilidades y cualidades para un diseño como lo vimos en el Hotel Bardo donde el confort, la privacidad, el conocimiento ancestral y el lujo están en consonancia con la sostenibilidad.
¿Tú también quieres conocer este paradisiaco lugar?
Te dejamos el link para que puedas reservar: https://www.hotelbardo.mx/
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