Autor: Luisa Afanador
Una mente inquieta acerca de la ciudad.
NOMBRE PELICULA: El amor en los tiempos del Cólera
DIRECTOR: Mike Newell
FOTOGRAFÍA: Alfonso Beato.
AÑO: 2008
En una película, el tiempo más que medida para ordenar secuencias de eventos; es una dimensión moldeada por la espacialidad en la que se representan dichos eventos. Así mismo como la arquitectura no solo enmarca el espacio cinematográfico, sino que es un recurso cargado de intenciones que afecta la narrativa de la historia al moldear la carga emocional percibida en las secuencias. En este artículo, nos sumergiremos en la adaptación cinematográfica de la novela de Gabriel García Márquez, "El Amor en los Tiempos del Cólera", dirigida por Mike Newell. Una película que centra su narrativa en la historia entre Fermina Daza y Florentino Ariza, dos amantes separados por circunstancias sociales que llevan a Florentino a esperar pacientemente durante décadas a Fermina.
Esta película explora temas como el amor, el paso del tiempo y la perseverancia, mostrando la evolución temporal de los personajes y la sociedad en general a través de la arquitectura y el exuberante paisaje colombiano, dejando en evidencia cómo las cualidades espaciales llegan a ser una poderosa herramienta para transmitir la sensación del paso del tiempo en la pantalla.
Es por eso que este artículo, lejos de pretender ser un análisis cinematográfico, se produce como una exploración por escenas a fin de denominar estas convergencias entre arquitectura y cine al especializar las emociones en relación a temporalidad percibidas por el espectador a lo largo de la película considerando el espacio construido y sus elementos mediante recursos compositivos como el encuadre de cámara, el análisis de plano base y la proximidad. Así mismo mediante cualidades compositivas de tiempo referentes a movimiento, secuencia, desplazamiento y velocidad.
El tiempo elástico y relativo
El reto de tiempo relativo percibido en pantalla parte desde el hecho de representar en 2 horas que dura la película, el transcurrir de los 51 años que espera florentino a Fermina. De ahí que la ruta narrativa no lineal sea uno de los primeros recursos que enfatizan momentos relevantes de la historia al dar inicio con la muerte del Dr. Urbino (esposo de Fermina) recurriendo al flashback para remontar la historia en sus inicios y retomar ese primer momento hito de la historia que representa la remota posibilidad de que la espera de florentino haya llegado a su final.
Así mismo la elasticidad del tiempo es muy perceptible en el uso de encuadres amplios de paisajes naturales o espacios abiertos con poca actividad, mediante movimientos largos y lentos que magnifican la emoción de momentos emblemáticos, como una pausa que deja espacio para la reflexión del espectador acerca de lo que acaba de suceder. La primera de estas escenas aparece cuando Fermina es llevada lejos por su padre al separarla de Florentino (26:40); una escena seguida de varias secuencias sin diálogos que muestran toda la travesía y la distancia que implica esa separación. Este recurso no sólo se reitera años después, cuando Fermina decide nuevamente irse al campo lejos del dr. Urbino después de enterarse de su infidelidad (01:42:20) sino que acompañado de música alusiva y diálogos introspectivos, se emplea para dar cierre a la película.
Veamos entonces ¿Qué sugieren estas escenas en las que percibimos esta noción intencionada del tiempo que se altera? ¿En qué momentos aparecen y cuáles son sus elementos simbólicos?
La Banca, la Espera...
La espera es una emoción que se puede ver representada en diversos momentos durante la película apenas con un elemento de mobiliario. Es ahí, en esa banca que parece estar en medio de la nada rodeada por un jardín exuberante y ubicada estratégicamente frente a una ventana de la casa de Fermina donde Florentino espera ansiosamente a Fermina para entregarle su primera carta (11:57). El mismo lugar en el que más tarde estaría tallando en el espaldar su nombre con la esperanza de verla de nuevo en medio de una calle desolada y cubierta de hojas secas que se mueven con el viento y no se dejan limpiar (32:46).
El Patio, el romance y las memorias
El patio es un lugar que recoge varios elementos. Es aquí dónde más nos cuenta la arquitectura sobre la época postcolonial en la que se enmarca la historia, por sus aleros en teja de barro, la disposición simétrica con una pileta central, rodeada por jardines y galerías delimitadas virtualmente con arcos y columnas además de los pisos cubiertos con diseños geométricos de baldosas terracota.
El patio es también el lugar en el que Florentino y Fermina se ven por primera vez y dónde le hace su icónica petición; esto lo hace el espacio de las memorias en el que más tarde Fermina trae a su recuerdo la imagen de florentino esperándole sentado en la banca (1:14:55), mismo lugar en el que más tarde estarían ambos en un reencuentro tratando de abrirse camino entre las ramas (1:55:40).
El balcón y lo que se desea
El balcón como parte arquitectónica es el elemento que altera el plano base en el que se relacionan los personajes en altura.
En la película, se vuelve ese mecanismo que eleva lo que se desea y se espera para dramatizar lo inalcanzable al poner lo que se espera en un lugar más alto de quien lo espera.
Esto es evidente cuando las prostitutas en el balcón se exhiben sin sus corpiños para provocar el deseo de quienes las ven desde la calle (31:16), pero sobre todo en la icónica declaración de amor de Florentino a lo Romeo y Julieta, en la que Fermina está un nivel más alto que Florentino, tanto que cuándo él le lanza la flor de la promesa, esta ni siquiera alcanza a llegar al balcón en el que se encuentra Fermina y cae en una ridícula trayectoria hasta el piso. (19:59)
Otro ejemplo de esto es el hecho de que casi todos los encuentros entre los protagonistas suceden en un espacio físico diferenciado por el plano base. El único momento en el que Florentino y Fermina están al mismo nivel es en su fortuito reencuentro en el portal de los escribanos; Fermina parece espacialmente más accesible en medio de la multitud, sin embargo, su retórica clasista alimentada por su padre acerca del amor como “nothing more than an illusion” le impidió estar al mismo nivel emocional del espacio físico que ocupaba (36:00).
El ver a lo lejos es otra muestra de un tiempo que se vuelve relativo, pues no acontece igual para el que observa y para el que es observado. Es así como Florentino observa siempre los retornos de su amada desde abajo, a lo lejos y a través de celosías (34:15). Mientras Fermina camina por los corredores altos de su casa de la manera más cotidiana como un evento que no es digno de ser memorable, para florentino cada llegada de su amada representa un hito en el tiempo y un alivio para su espera.
Por el contrario, los encuentros entre el Dr. Urbino y Fermina están siempre relacionados a un mismo nivel. Incluso el Dr. Urbino en ocasiones es quien se representa más elevado que ella en un rol medio heroico, como cuando la “rescata” de la multitud en la plaza haciéndola ascender a su vehículo mientras Florentino la ve a lo lejos camuflado entre la gente (43:54).
Esto mismo sucede en la escena de los juegos florales donde nuevamente florentino siendo uno más entre la multitud del auditorio, ve a Fermina desde abajo, esta vez en un escenario presentando al ganador de la poesía. En esta escena, al igual que en todas las demás ella se encuentra al mismo nivel del Dr. Urbino. Aunque especialmente en esta escena el encuadre de cámara le hace superior al público que está a sus espaldas dramatizando una clara relación de jerarquía y estatus (01:18:04).
Puertas y ventanas, narrativas de lo repentino y fugaz
Las ventanas además de testificar acerca del clima del lugar son los elementos estrella para transmitir la noción del paso del tiempo y la lejanía. Esto es evidente cuando florentino escribe su primera carta para Fermina, y en una misma escena se ve el amanecer a través de una transición entre la luz de la vela con la que alumbra de noche y la luz del día siguiente entrando por la ventana mostrando el hecho de que florentino esa noche obstinado con la extensa carta, no duerme hasta terminarla. (10:16). También es uno de los elementos empleados para ver a través en la distancia cuando Florentino vuelve a ver a fermina en su regreso nuevamente por los espacios entreverados de lo que parece ser una ventana (1:00:00), cuando ve a lo lejos el bautizo del hijo de fermina y el Dr. Urbino (1:09:00) e incluso cuando se asoma por la celosía de la ventana al escuchar las campanas de la iglesia que anuncian la muerte que él tanto espera.
Por su parte, la puerta denota el límite entre lo admisible y lo oculto elevando el factor sorpresivo y repentino. Se puede ver como un elemento que oculta y revela o como un elemento de conexión y desconexión.
Ejemplos de esto son escenas que, por su carácter inesperado, enganchan la atención del espectador como el portazo con el que encierra el papá a Fermina después de separarla de su tía (21:00) o la inesperada apertura de la puerta de su cuarto para decirle con una sola palabra que se van (25:30). Incluso cuando Fermina cierra en la cara al Dr. Urbino lo que parece ser una puerta estableciendo un límite muy claro entre ambos cuando se percata de sus intenciones (40:38).
La puerta como límite entre elemento entre lo que se oculta y lo que se revela se puede apreciar justo en la llegada de Fermina al campo cuando, su prima la lleva a una habitación y luego de cerrar y asegurar las puertas, le revela las cartas que Florentino estuvo enviando mientras ella se encontraba en la travesía de llegar hasta ahí (28:38).
Navíos del tiempo
Por último, la arquitectura naval es un claro testigo de la evolución de los personajes y la sociedad en pantalla, estrechamente relacionadas con los encuadres amplios y el sentido de la transformación y lo profundo.
La última embarcación denominada “nueva fidelidad” es una muestra del paso del tiempo. Esta embarcación con galerías perimetrales delimitadas por una estructura aporticada con arcos, ventanas con celosías elaboradas y acabados impecables se percibe como una “versión actualizada” de la primera embarcación de la compañía fluvial (01:59:36) en la que viaja florentino cuando emprende viaje hacia villa de Leyva.
Estos viajes que emprenden los personajes se pueden ver como yuxtaposición de escenarios opuestos entre dos realidades simultáneas. Pues mientras Florentino se embarca por una iniciativa fallida de su madre de que olvide a Fermina, la imagen inmediatamente siguiente es la de Fermina embarcando con rumbo a París para tener su luna de miel (49:35).
Es así como las embarcaciones se vuelven una metáfora del viaje interior y la transformación personal de los personajes. A lo largo de la historia, vemos cómo Fermina y Florentino experimentan cambios significativos en sus vidas y en sus relaciones, y las embarcaciones sirven como vehículo para esos cambios. De igual forma representan la posibilidad de escapar de las limitaciones impuestas por la sociedad y las convenciones sociales. Fermina y Florentino, los protagonistas, a menudo se encuentran en situaciones donde las embarcaciones simbolizan su anhelo de libertad y la búsqueda de una vida más allá de las restricciones sociales y familiares para dar cierre a la película con escenas donde se les ve a ambos en una relación de plano base a un mismo nivel, elevados, vistos desde abajo como si finalmente Florentino hubiese podido llegar hasta su balcón.
La arquitectura a veces es ajena a los eventos que suceden en ella. Sin embargo, en el cine estos eventos son específicamente seleccionados, esto la hace un personaje más dentro de la narrativa, al ser un elemento que muchas veces incluso prescindiendo de los diálogos actúa en conjunto con el silencio para transmitir una idea o una emoción. Si ya viste esta película o no la has visto aún, te invito a verla en las plataformas de streaming disponibles en tu región con una nueva mirada puesta en los detalles y a compartir con nosotros tus apreciaciones...