Autor: Henry Loarte
He llegado a considerar la arquitectura no solo como un arte, sino como una poderosa forma de comunicación que trasciende el espacio y el tiempo.
PROYECTO: Centro de desarrollo comunitario en Tapachula
ARQUITECTO: Laboratorio de Acupuntura Urbana
FOTOGRAFÍA: Fernando Díaz Vidaurri
UBICACIÓN: Tapachula, Chiapas, México
AÑO: 2021
M2: 10mil m2
El Centro de Desarrollo Comunitario de Tapachula se consolida como un modelo integral de desarrollo sostenible y comunitario. Este proyecto destaca por su enfoque en la armonización entre las necesidades humanas y el respeto al medio ambiente, convirtiéndose en un ejemplo de cómo la arquitectura puede generar impacto positivo en las comunidades.
Contribución al desarrollo local:
El CDC no solo atiende necesidades sociales inmediatas, como salud y capacitación, sino que también impulsa la economía local al integrarse en una región agrícola clave. Su diseño fomenta la conexión entre los habitantes y sus recursos naturales, creando un espacio donde el conocimiento agrícola y la innovación pueden converger. Este enfoque permite a los productores locales explorar mejores prácticas, tanto en agricultura sostenible como en comercialización de sus productos.
Diseñado por el Laboratorio de Acupuntura Urbana, el CDC es un ejemplo de arquitectura sostenible, empleando materiales locales y técnicas que minimizan el impacto ambiental. El uso de sistemas de captación de agua de lluvia, energías renovables y ventilación natural asegura la eficiencia energética, mientras que el diseño abierto y flexible permite adaptarse a las necesidades cambiantes de la comunidad.
El diseño aprovecha recursos naturales como la luz solar, la ventilación cruzada y el sombreado natural mediante aleros amplios y celosías, reduciendo la necesidad de sistemas mecánicos para iluminación y enfriamiento. La arquitectura está concebida para adaptarse al clima cálido-húmedo de Tapachula, lo que refuerza su carácter sostenible.
Fuente: Fernando Díaz Vidaurri
Los espacios recreativos, culturales y deportivos fomentan la integración y el fortalecimiento del tejido social, convirtiendo al CDC en un punto de encuentro y un espacio de oportunidades para todas las edades. Programas culturales como talleres de arte, música y danza no solo celebran la identidad local, sino que también crean un ambiente de aprendizaje y colaboración.
Proyección como modelo replicable:
Este centro no es solo una solución local, sino un modelo escalable para otras comunidades rurales o semiurbanas que enfrentan desafíos similares. Su éxito radica en combinar la inclusión social, la sostenibilidad ambiental y el desarrollo económico, integrando a la comunidad en cada etapa de su funcionamiento.
Situado en una región reconocida por su rica producción de café, plátano y caña de azúcar, este centro se convierte en un pilar esencial para el desarrollo local y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. Además de los servicios sociales, el CDC cuenta con espacios de esparcimiento, actividades recreativas, deportivas y culturales, todo diseñado para fomentar la cohesión social.
El proyecto se distingue por su diseño de geometría sencilla, que resalta líneas limpias y una estética minimalista. Este enfoque se materializa a través de cuadrados atravesados por círculos, integrados de manera armónica entre el entorno urbano y natural, logrando una fusión equilibrada de diversas materialidades. Con una distribución estratégica en cuatro zonas principales: acceso, módulos, deportes y recreación, y los senderos del café, resalta la riqueza paisajística y cultural de la región, demostrando cómo la arquitectura puede ser una herramienta clave para abordar problemáticas sociales.
El CDC utiliza una estrategia arquitectónica sostenible basada en el aprovechamiento de materiales locales y técnicas de construcción tradicionales, como el uso de madera, piedra y bambú. Esto no solo reduce la huella de carbono asociada a la construcción, sino que también respeta la identidad cultural de la región y fomenta el empleo de la mano de obra local.
Funcionalidad y naturaleza se unen en armonía con vistas al Parque del Café.
La distribución del proyecto se organiza a partir del acceso principal, donde se encuentran los estacionamientos, una plaza de bienvenida y una alberca natural que invitan a los visitantes a adentrarse en el espacio. Desde este punto, una plaza central pavimentada con piedra bola actúa como el corazón del diseño, conectando al primer módulo y ofreciendo un espacio comunitario que no solo es funcional, sino que también permite disfrutar de vistas privilegiadas hacia el Parque del Café. Los módulos, elevados sobre pilotes, garantizan la adecuada infiltración del agua pluvial y el aprovechamiento óptimo del terreno, mientras que los senderos, diseñados estratégicamente, proporcionan vistas panorámicas y una experiencia de caminata envolvente y agradable.
Hemos seleccionado este proyecto como parte de las Tendencias 2025 porque representa una visión innovadora y comprometida con los desafíos sociales y ambientales de nuestro tiempo. Destaca por su integración armónica con la naturaleza y su enfoque en el uso de materiales locales, reflejando un profundo respeto por el entorno y fortaleciendo la identidad cultural de las comunidades.
Siguiendo los lineamientos del Laboratorio de Acupuntura Urbana, este proyecto redefine el papel de la arquitectura al trascender su función tradicional. Más que un espacio físico, se convierte en una herramienta transformadora para abordar problemáticas sociales. Como parte de un programa gubernamental destinado a mejorar la calidad de vida de las poblaciones vulnerables, este diseño no solo satisface las necesidades funcionales de la comunidad, sino que también rescata y pone en valor el patrimonio material, paisajístico y cultural de la región.
En esencia, este proyecto nos demuestra que la arquitectura contemporánea tiene el poder de ir más allá del diseño convencional, convirtiéndose en un catalizador de cambio social. Es una plataforma para construir un futuro más inclusivo, equitativo y sostenible, promoviendo una convivencia en armonía con el medio ambiente y reafirmando el impacto positivo que la arquitectura puede tener en el desarrollo integral de las comunidades.
