Autor: Pablo Vazquez.
Amante de descubrir nuevos lugares y adicto al trabajo, en resumen, un arquitecto
La historia de la arquitectura mexicana se enriquece con la figura de Andrés Casillas de Alba, un visionario que desafió las convenciones y siguió su pasión, trazando un camino en la creación de espacios que reflejaban su perspectiva única. Nacido en 1934 en la Ciudad de México, en un contexto que favorecía una trayectoria profesional más convencional, Casillas de Alba tomó el audaz paso de seguir su corazón y convertirse en un arquitecto cuyo legado resonaría en la historia del diseño.
A pesar del deseo de su padre de que siguiera una carrera en contaduría, Andrés Casillas escuchó el llamado de la arquitectura y se enroló en la Escuela de Arquitectura de Guadalajara, forjando sus cimientos en esta disciplina artística. Su inquebrantable pasión lo llevó a continuar sus estudios en la prestigiosa Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde continuó su proceso de aprendizaje y desarrollo.
Sin embargo, fue en Alemania donde Casillas de Alba alcanzaría nuevas alturas en su formación. Al estudiar en la Hochschule für Gestaltung, la escuela sucesora de la Bauhaus, Andrés tuvo la oportunidad de sumergirse en la herencia de la arquitectura moderna y experimentar con nuevas perspectivas y enfoques. Esta experiencia no solo enriqueció su conocimiento, sino que también le otorgó una visión más amplia de la interconexión entre arte y arquitectura.
El viaje de Andrés Casillas por el mundo del diseño lo llevó de regreso a México, donde el destino lo reunió con una figura fundamental en su vida y carrera: Luis Barragán. Conocido desde su infancia por su relación con Barragán, Casillas de Alba aprovechó la oportunidad de trabajar junto a él y se convirtió en discípulo de una leyenda arquitectónica. La influencia de Barragán no solo se manifestó en el estilo arquitectónico de Casillas, sino también en su ética de trabajo y en la forma en que vivía y respiraba el arte de la arquitectura.
La presencia de Barragán como mentor y guía influyó en cada aspecto de la vida y la carrera de Andrés Casillas. Su colaboración y relación maestro-discípulo resultaron en una sinfonía creativa que trascendió la diferencia de edades. Barragán impulsó la creatividad de Casillas, catalizando su potencial y nutriendo su desarrollo como arquitecto innovador.
Las obras de Andrés Casillas de Alba dan fe de su evolución y visión distintiva. Desde la Casa Balancarte hasta el edificio de las Américas, desde la casa Villaseñor hasta la casa Márquez, cada proyecto respira la influencia barragana mientras también revela la voz única del propio Casillas. Su capacidad para mezclar elementos tradicionales con enfoques modernos se convierte en un testimonio de su habilidad para dialogar con el pasado mientras mira hacia el futuro.
En medio de sus logros, hay un detalle que resalta en su legado: un tinaco que se convierte en una obra de arte en sí mismo. Este enfoque en la belleza incluso en lo mundano refleja la filosofía de Casillas de Alba de que la arquitectura no está limitada a los grandes edificios, sino que puede encontrarse en cada detalle de la vida cotidiana.
Por acá te dejo la lista de todos las obras en las que participó Andres Casillas de Alba:
Casa "Andrés Casillas"
Club Náutico Los Amates, Cuernavaca
Oficinas de McKinsey
remodelación de la casa O'Gorman
Piscina "Yturbe", Acapulco (1968)
centro comercial, Plaza del Sol
"Casa Pedro Coronel, Distrito Federal de México (1970)
Jardín Tapia, Guadalajara (1973)
Centro Financiero Banamex, Guadalajara (1978)
Proyecto Jaiba, Playa Jaibas, Jalisco (1980)
"La Mancanilla", La Puenta, Manzanilla, Colima (1980)
Casa "García Villaseñor", Zapopan, Jalisco (1980)
Casa "Muñóz de Baena", Tecámac, Hidalgo (1995)
Andrés Casillas de Alba ha tejido su nombre en la rica tela de la arquitectura mexicana y global. Su capacidad para abrazar la tradición mientras se aventura en nuevas fronteras lo convierte en un maestro de la arquitectura. Más allá de sus logros, su historia resalta la importancia de seguir el corazón, incluso cuando los caminos son inciertos, y de honrar la influencia de los maestros que nos guían en nuestro viaje creativo. En última instancia, el legado de Andrés Casillas es un testimonio del poder de la pasión y el aprendizaje constante en la forja de un arquitecto excepcional.